-Yo no
puedo seguir así.
-Oye, pero no te agobies.
-¿Pero cómo
no me voy a agobiar? Cuando estoy con él tiemblo como si estuviese en un
terremoto de nueve grados. Que me sudan las manos, que me sube como una bola
por aquí, por la garganta. Me gustaría poder hablar con Eél y comprender de verdad lo que me pasa, ¿sabes? Saber si es un capricho, una
obsesión pasajera, un… yo que sEé. Pero es que no puedo. Lo veo y me paralizo.
-Creo que
estas describiendo un ataque de pánico en toda regla.
-¿PAánico a
quéE?
-PáAnico a reconocer que estás
enamorada de él hasta las trancas.
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